35 Salinas

En Olatz recuerda que había saleras, aunque ella sólo recuerda haber hecho sal para comprarse un reloj que sus padres no le querían comprar. Eran del común y cada vecino tenía su trozo, por el que no había que pagar nada. No había obligación de hacer. La sal se la vendían a uno de Obanos que venía con el camión. En las saleras había unos cercados donde, quitando una piedra que los cerraba, dejabas entrar al agua y cuando se llenaba cerrabas. Dejabas el agua de 2 a 4 días y al evaporarse quedaba la sal, que se rompía con una azadilla y se barría. El que tuviera poca tierra en las salinas tenía una fuente extra de ingresos.


 

secuencias de Lourdes Larraya Cía