49 Muertes

Cuando alguien fallecía, se le amortajaba y se le velaba en casa. Solían amortajar vecinos o vecinas, en función de que fuera hombre o mujer. Se rezaba el Rosario y el velatorio duraba toda la noche. Al día siguiente, el cura iba a la puerta de la casa con la cruz a recoger al difunto. El ataúd entraba a la iglesia. Se avisaba a los parientes a través de vecinos que iban en caballería. Había funerales de primera (siete curas), segunda (cinco curas) o tercera (tres curas), en función del dinero que se pagase y después había una gran comida en casa del finado, con los curas también presentes. Se guardaba un año de luto y otro de alivio y no se celebraba ninguna fiesta en casa. Cuenta que ellas estaban todo el día en casa pero los hombres tenían más manga ancha. No era inhabitual que viudos y viudas volvieran a casarse.


 

secuencias de Mª Ángeles Nuin Larrainzar