30 Toques de campana y funerales

José Luís fue sacristán durante ocho años. Su hermana barría la iglesia y él se encargaba de los toques de campana. Todos los días tenía que tocar al alba, al mediodía y el toque de oración de la noche. También todos los sábados de víspera para avisar que al día siguiente era domingo. En octubre y en Cuaresma, todos los días también era el toque para el Rosario. Cuando fallecía alguien, se tocaba a muerto, sin distinción entre hombre y mujer pero si con los niños, ya que se tocaba “a parvulillo”. Los funerales podían ser de primera (nueve curas), segunda (siete curas) o tercera (cinco curas), en función de la clase social y lo que se pagase. Recuerda que había que ir a avisar a todos los curas pueblo a pueblo y que a él le tocó muchas veces ir con la bici. También recuerda la gran comida que había tras los funerales.


 

secuencias de José Luis Erro Monreal